Ruffles o volants… los volados llegaron para quedarse

Las modas van y vienen, todo vuelve… frases que se repiten en el mundo fashion. A pesar de que ciertas tendencias parecen mantenerse durante mucho tiempo, o que son vistas con malos ojos por largas temporadas, hay detalles o tendencias que tienen su segunda, o tercera oportunidad. Y es así que los volados, que durante mucho tiempo fueron vistos como detalles demasiado femeninos, quedándose fuera del repertorio de las mujeres chic, han vuelto al ruedo.

Ya en la temporada 2016 diseñadores como Gucci y Balenciaga utilizaron los volados en sus colecciones, y el 2017 mantiene esta tendencia. Solo hay que revisar los percheros de tiendas como Zara o Topshop para ver volados de diferentes tipos y tamaños en todo tipo de prendas: de volados sutiles en blusas y vestidos, a volados estructurales en botas o chaquetas.

Haciendo una historia de los volados, en su origen fueron tanto para hombres como para mujeres. En el siglo XVI surgieron cuando los soldados españoles, que utilizaban múltiples capas de ropa, muchas veces cortaban las mangas para revelar las telas de capas inferiores. Las arrugas que aparecían fueron después utilizadas por los fabricantes de ropa que agregaban tiras flexibles a las prendas. En la era isabelina se utilizaban volados bien rígidos como accesorio, y estos volados mejoraban la postura de hombres y mujeres.

Solo es necesario observar en detalle retratos de épocas posteriores a estas para ver que los volados siguieron manteniendo su espacio de predominio en la indumentaria femenina y masculina, tanto en los retratos de la era de María Antonieta, como en los retratos de los revolucionarios norteamericanos, el volado era símbolo de estatus, pero era utilizado por la amplia mayoría. El volado es uno de los accesorios más fáciles de imitar y por lo tanto se democratizó sin problemas en vestidos de todas las clases.

Hacia fines del siglo XIX los atuendos masculinos se hicieron más austeros, con cuellos sin decorar y corbatas simples. Los volados desaparecieron del acerbo de accesorios de la moda masculina.

Para las mujeres el derrotero de los volados fue diferente, ya que nunca fueron dejados del todo de lado y siempre hubo diseñadores que lo utilizaron para adornar sus creaciones. Después de la segunda guerra mundial, Christian Dior con su New Look permitió a las mujeres mostrar estilos más elaborados. La cintura peplum también es una variación del volado, y tuvo su apogeo en los años ’50. A partir de este momento el volado se convirtió en sinónimo de lo femenino y lo dulce, y muchas actrices y personalidades de ese momento utilizaron volados como parte de sus looks característicos.

En los shows de primavera/verano 2017 diseñadores como Karl Lagerfeld, Rodarte y Yohi Yamamoto han retomado al volado, para utilizarlo como símbolo del espíritu del pasado, pero reforzando la idea del “power ruffle”. La tendencia actual es tomar al volado como un accesorio femenino, bohemio y un poco subversivo. Se puede ver en todas sus variantes, desde volados súper vaporoso y románticos, hasta volados más simples y estructurales, con algo de minimal. Lo cierto es que están presentes en todas las prendas de este verano: blusas con hombros descubiertos, polleras, mangas acampanadas y mucho más.